Para indicar quién o qué cosa recibe una acción, el Esperanto usa la letra N en la persona o cosa que recibe la acción.
Así, en nuestro ejemplo traducido, diremos:
La hundo mordas la katon.
La katon mordas la hundo.
La hundo la katon mordas.
La katon la hundo mordas.
Y como en todas los frases la N la lleva el gato, podemos determinar con absoluta precisión quién es el mordido. Y claro, todas significan lo mismo.
Si decimos "la hundon mordan la katon", quedamos despistados. Sabemos que el perro y el gato fueron mordidos, pero no sabemos quién los mordió...
Así las cosas nos falta nada más saber que no todos los verbos indican que la acción pasa de una persona o cosa otra.
En saber cuáles verbos muestran que una acción pasa de una persona o cosa a otra y cuales no, reside el dominio del acusativo.
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